Factor inmunológico

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El sistema inmunológico o inmunitario, se define como un sistema complejo de células, tejidos y órganos que actúan conjuntamente para defender al organismo de infecciones y enfermedades que pueden causar agentes extraños, como bacterias, virus, sustancias químicas contaminantes o células cancerosas. Cuando este sistema no funciona bien, se origina un factor inmunológico, que producen las denominadas enfermedades autoinmunes. En ellas, el organismo no es capaz de diferenciar las células propias de los agentes que pretenden dañar nuestro organismo.

Este sistema inmune, causa infertilidad de difícil diagnóstico, ya que no suele presentar ninguna sintomatología aparte de la propia esterilidad. Además, puede afectar a la fertilidad atacando a los propios gametos, impidiendo la implantación embrionaria o provocando abortos de repetición.

Anticuerpos antiespermatozoides 

Los anticuerpos son sustancias proteicas que se unen, en este caso a los espermatozoides, alterando la movilidad espermática y por tanto, su capacidad fecundante. Además, el sistema inmune puede actuar atacando a los espermatozoides para destruirlos.

Los anticuerpos antiespermatozoides pueden afectar tanto a hombres como a mujeres. En los varones, estos anticuerpos atacan a los espermatozoides al producirse una ruptura de la barrera hematotesticular, causada normalmente por traumatismos, infecciones, cirugías y varicocele. En la mujer, estos anticuerpos suelen estar presentes en el moco cervical, impidiendo el acceso de los espermatozoides al interior del útero, suelen tener su origen en infecciones y endometriosis.

En el hombre, estos anticuerpos antiespermatozoides se pueden detectar analizando la muestra seminal mediante test inmunológicos, como Mar-test o Inmunobeads.

Una vez detectado en varones, el tratamiento podría ser tomar corticosteroides aunque su eficacia aún no está probada o acudir a técnicas de reproducción asistida, en la que previamente se debe lavar el semen, eliminando gran parte de estos anticuerpos.

En mujeres, estos anticuerpos se detectan al analizar el moco cervical tras mantener relaciones sexuales. Las técnicas de reproducción asistida también podrían tratar este factor en mujeres, debido a que los espermatozoides no entran en contacto con el moco cervical al realizar inseminaciones artificiales ni ciclos de fecundación in ivtro.

Trombofilias 

Son patologías que propician la formación de trombos o coágulos sanguíneos en el organismo, dificultando la circulación sanguínea. Si estos trombos aparecen a nivel de la placenta, pueden ocasionar infartos placentarios, que conllevan la muerte fetal, pérdida de peso del embrión, desprendimiento de la placenta o preeclampsia.

Se pueden diferenciar dos tipos principales de trombofilias, que se describen a continuación:

Trombofilia adquirida o Síndrome antifosfolípido: es una enfermedad en la que el sistema inmune reconoce como extraño los vasos sanguíneos del cuerpo, atacándolos y formando trombos. La formación de estos trombos esta relacionado con abortos espontáneos, pérdidas fetales y partos prematuros. En este síndrome, el sistema inmune crea anticuerpos antifosfolípidos que hacen que la sangre coagule con más facilidad, aumentando los riesgos de trombosis, que pueden aparecer en la placenta.

Los anticuerpos antifosfolípidos se presentan por una causa adquirida, como la toma de algunos medicamentos o infecciones, aunque últimamente parece que también puede existir un factor genético. Entre los anticuerpos destacan el anticoagulante lúpico, anticuerpos anticardiolina y anticuerpos anti-𝛽2 glucoproteína I.

En ocasiones, esta enfermedad no presenta síntomas, pero en el caso de que si los presenten, destacan la formación de coágulos en las piernas, abortos espontáneos y muerte fetal intrauterina, accidentes cerebrovasculares, ataques isquémico transitorio, erupciones reticulares en la piel, trombocitopenia y migrañas.

Su diagnóstico generalmente se realiza mediante un análisis sanguíneo, buscando alguno de los anticuerpos enumerados anteriormente. En caso de obtener un valor positivo en alguno de ellos, se recomienda volver a analizar pasadas unos 3 meses.

El síndrome antifosfolípido, puede causar complicaciones, que además de afectar al embarazo, pueden suponer problemas cardiovasculares o pulmonares e insuficiencia renal en la embarazada. A estas pacientes, normalmente se le suele administrar heparina o ácido acetilsalicílico (aspirina o adiro), que actúan diluyendo la sangre y evitando la formación de coágulos o trombos que afecten al riego sanguíneo de la placenta.

Trombofilias hereditarias: es una enfermedad autoinmune en la que se produce un déficit de proteínas anticoagulantes o mutaciones que aumentan el riesgo de trombosis. Parecen estar relacionadas con complicaciones obstétricas severas y muerte fetal tardía.

Destacan el déficit de antitrombina, proteína C y S, así como mutaciones en el gen del factor V Leiden y gen de la protrombina, entre otros.

Normalmente, estas pacientes no presentan una sintomatología clara, pero en caso de sospecha por abortos recuerrentes sin causa justificada, se recomienda realizar una analítica sanguínea que mida los niveles de estos anticoagulantes.

Como tratamiento indicado en mujeres que buscan la gestación, se debe administrar ácido acetil salicílico (aspirina o adiro) y heparina de bajo peso molecular.

Enfermedad aloinmune 

Se produce cuando el cuerpo de la mujer reconoce al embrión como un cuerpo extraño y lo ataca, impidiendo la implantación.

Estas pacientes suelen tener una concentración elevada de un tipo de linfocitos conocidos como células Natural Killer, que actúan destruyendo células del organismo que no reconocen como propias. Normalmente, existen mecanismos de tolerancia que hacen que estas células no ataquen al embrión, favoreciendo así la gestación. Sin embargo, pueden darse factores como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide o vasculitis que pueden alterar el funcionamiento del mecanismo de tolerancia disminuyendo las probabilidades de implantación.

Mediante un análisis sanguíneo, se puede estudiar la coagulación y presencia de células Natural Killer en el organismo, para definir si la esterilidad puede tener una causa inmunológica. Actualmente, los tratamientos que existen para tratar esta patología solo consiguen reducir la respuesta inmune y disminuir los abortos espontáneos. Los medicamentos administrados suelen ser inmunoglobulinas, corticoides y moduladores del sistema inmunitario de heparina.