Estilo de vida

Además de la alimentación, que nos ayuda a controlar el peso, es recomendable llevar un estilo de vida que afecte a la fertilidad lo mínimo posible.

Como factores de estilo de vida destacan los siguientes:

  • Ejercicio físico: sesiones periódicas semanales y moderadas de ejercicio físico ayudan a mantener una buena salud reproductiva, evitando el sobrepeso, mejorando la autoestima y la salud mental. Si se eleva la intensidad de los ejercicios, se puede comprometer la fertilidad, alterando la funcionalidad del eje hipotálamo-hipofisario. El consumo de anabolizantes, usados por muchas personas que acuden a gimnasios, también afectan a la fertilidad, alterando la espermatogénesis.
  • Tabaco: afecta a la formación de los gametos masculinos y femeninos. En hombres, se ha demostrado que su consumo aumenta los niveles de fragmentación del ADN espermático y disminuye además disminuye la movilidad y viabilidad espermática. En la mujer también disminuye la calidad de los óvulos y el crecimiento folicular. El consumo de tabaco no solo afecta a la fertilidad natural, sino que además, disminuye las probabilidades de éxito en parejas sometidas a técnicas de reproducción asistida, aumentando las tasas de embarazo ectópico, aborto y nacimiento de prematuros. Muchos de los efectos que ocasiona el tabaco en nuestro organismo se invierten tras un año sin fumar, por lo que se aconseja abandonar este hábito si se quiere buscar un embarazo. Al contrario, si la madre sigue fumando durante la gestación, puede ocasionar graves problemas sobre el embrión, retrasando su crecimiento, causándole trastornos respiratorios, parto prematuro y muerte fetal intrauterina o neonatal temprana.
  • Café: siempre que su consumo sea moderado, 1-2 tazas al día, no parece repercutir en la fertilidad de la pareja. Si que se recomiendo no abusar de él durante el embarazo, debido a su acción estimulante, que puede aumentar las probabilidades de aborto.
  • Alcohol: la ingesta de alcohol afecta tanto a la fertilidad femenina como masculina. En la mujer altera el ciclo menstrual, retrasa el crecimiento folicular y altera la maduración ovocitaria, disminuyendo así la fertilidad, tasas de fecundación en ciclos de reproducción asistida, tasas de implantación y aumento de abortos. En el hombre, actúa disminuyendo la concentración, movilidad y morfología espermática. Además su consumo durante el embarazo debe ser cero, debido a que puede ocasionar problemas en el desarrollo fetal, destacando el síndrome alcohólico fetal.
  • Drogas y medicamentos: su consumo, ya sean opiáceos, cocaína, heroína o drogas de diseño, afectan a la fertilidad de la pareja, alterando la gametogénesis y desarrollo fetal. Por último, una pareja que decida ser padres y esté tomando algún medicamento debe consultar con su médico si este afecta o no a su capacidad reproductora, como por ejemplo los ansiolíticos, antihistamínicos, diuréticos, antidepresivos, algunos analgésicos.
  • Alimentación: un estilo de vida saludable, con una alimentación rica en alimentos antioxidantes, como frutas y verduras, así como cereales y aceite de oliva, eliminando el consumo de grasas trans; la realización de ejercicio moderado, disminuir el consumo de alcohol y no fumar ni tomar otras drogas, ayudan a conseguir el embarazo.