Enfermedades crónicas

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La mayoría de las enfermedades crónicas suponen un riesgo durante el embarazo. Pueden afectar la dolencia, aumentar las complicaciones o verse afectada por el propio tratamiento,  afectando a la fertilidad o el desarrollo fetal. Por todo ello, se hace necesario recurrir a un control médico para valorar cuándo sería posible buscar la gestación, sea de forma natural o mediante técnicas de reproducción asistida.

 

A continuación, se presentan algunos ejemplos de enfermedades crónicas que afectan a la fertilidad de la pareja y a un correcto desarrollo del embarazo. Si bien, cabe destacar que toda pareja que padezca de  alguna enfermedad crónica deberá acudir a su especialista para comunicarle su deseo de formar una familia. De esta forma, se controlará la enfermedad y se verán los posibles efectos adversos que los tratamientos pueden tener en la fertilidad.

  • Diabetes: afecta a la fertilidad masculina alterando su disfunción sexual, pudiendo aparecer disfunción eréctil o trastornos eyaculatorios. Además, si la diabetes no está controlada, disminuye la calidad espermática. En la mujer, altos niveles de glucosa disminuyen la producción de hormonas, como la progesterona, estrógenos y testosterona, necesarios para el buen funcionamiento del ciclo ovárico, por tanto, afecta a la capacidad de lograr una gestación. Además, si los niveles son altos durante la gestación, pueden originar diabetes gestacional, defectos congénitos en el feto, aborto espontáneo y parto prematuro. Todo ello, hace recomendable que el paciente diabético tenga controlado los niveles de glucosa en sangre antes de iniciar la aventura de ser padres.
  • Hipertensión: si es leve no suele conformar ningún peligro durante la gestación, pero si esta elevada presión sanguínea no está controlada o es severa, la mujer presenta mayor riesgo de sufrir complicaciones como la preeclampsia, diabetes gestacional, desprendimiento de retina o parto prematuro. También existen nuevos estudios que relacionan una peor calidad seminal en aquellos varones que presentan una alta presión sanguínea debido a factores como el estrés, ya sea físico o mental.
  • Asma: no suele tener efectos sobre la gestación, pero sí debe ser controlado durante el embarazo, ya que si pueden empeorar sus síntomas en la mujer.
  • Epilepsia: su tratamiento afecta tanto a la fertilidad del hombre como de la mujer. En el varón, sobre todo los medicamentos más antiguos, causan alteraciones en la secreción de hormonas sexuales, afectando a la calidad seminal. En la mujer, sólo sería posible la búsqueda de gestación cuando se le administre el tratamiento de menor riesgo, ya que está en juego la salud de la madre, que puede sufrir ataques si se le retira la medicación, o para el feto, ya que muchos fármacos producen anomalías congénitas en los recién nacidos.