Inseminación artificial

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La inseminación artificial es una técnica que consiste en depositar una muestra seminal procesada en el laboratorio dentro del útero de la mujer, facilitando así el encuentro espermatozoide-óvulo, necesario para que se produzca la fecundación. Se puede realizar tanto con el semen de la pareja (IAC) como con semen de donante (IAD).

Diferenciamos 3 etapas, que se describen a continuación:

  1. Estimulación ovárica: una vez realizado el estudio de fertilidad y comprobado que la pareja es apta para realizar la inseminación artificial, la mujer debe comenzar un tratamiento hormonal para controlar su crecimiento folicular. Este tratamiento suele ser a bajas dosis, y se debe comenzar entre el 2º-3º día tras la regla. Una vez comience con la medicación, deberá acudir a controles ecográficos periódicos y cuando se observen de 1 a 3 folículos de más de 17 mm, se programará la ovulación, por administración de hCG y la inseminación, pasadas 34-36 horas.
  2. Recogida y procesado de muestra seminal: el día que se vaya a realizar la inseminación, el varón debe dejar una muestra en el laboratorio, con las mismas recomendaciones que para la realización de un seminograma, y ésta será procesada para recoger aquellos espermatozoides con mejor movilidad.
  3. Realización de la inseminación: la muestra seminal procesada se recoge con ayuda de una cánula conectada a una jeringa, el ginecólogo atravesará el cérvix con ella y deposita la muestra seminal dentro del útero. La paciente deberá realizarse una prueba de embarazo pasados 10-15 días, para comprobar si el resultado es positivo.

Las tasas de gestación de esta técnica se encuentran sobre el 15% en IAC y el 20% en IAD.

La inseminación artificial es una técnica sencilla de realizar,  pero también necesita que se cumplan más requisitos para que tenga una buena garantía de éxito. En este caso, la mujer debe tener una edad inferior a 35 años, la probabilidades de conseguir gestación por IA decaen de forma considerable a partir de esa edad. Además, debe presentar integridad tubárica, por HSG se debe evaluar la permeabilidad de las trompas de falopio.

En caso de cumplir con esos dos requisitos, la inseminación artificial estaría indicada en los siguientes casos:

  • SOP o endometriosis leve.
  • Moco cervical: un moco cervical alterado puede impedir el paso de espermatozoides de la vagina al útero.
  • Útero: puede presentar malformaciones o miomas que impidan que se produzca la fecundación de forma natural.
  • Vaginismo: esta patología puede llegar a impedir la penetración en las relaciones sexuales, imposibilitando así la eyaculación en la vagina.
  • Seminograma: debe ser normal, o con alteración leve, normalmente se recomienda que el REM sea mayor a 5 mill/ml.
  • Anatómica: existen casos en los que la eyaculación no se puede producir dentro de la vagina debido a diversas patologías, como son la hipospadias o eyaculación retrógrada.
  • Parejas en las que el varón es positivo para VIH.
  • Esterilidad de origen desconocido: la realización de esta técnica puede ayudar a conseguir la gestación.
  • Esterilidad por causa inmunológica: un test alterado de anticuerpos antiespermatozoides indica que la movilidad espermática está limitada, dificultando el paso de estos por el moco cervical hasta llegar al útero.
  • Uso de semen de donante: la donación de semen se realiza en casos en los que la mujer carezca de pareja masculina, o en caso de que la tenga, el varón sea azoospérmico o su muestra seminal esté alterada y no quieran someterse a tratamientos más complejos como la fecundación in vitro, además, si el varón presentase alguna enfermedad genética heredable, se debería realizar un análisis genético de los embriones.