Aprovechamos este artículo: Cabinas, ¿las conoces bien?, por Alexandra Díaz Morales y col, para hablaros sobre el uso de la cabina en los laboratorios de reproducción asistida.
En un laboratorio, todos sabemos que se usan microscopios, micromanipuladores, incubadores y mucho material para poder realizar con seguridad y garantías las técnicas de reproducción asistida. Pero para que se mantengan unas condiciones de esterilidad básicas para el buen funcionamiento, se hace esencial el uso de cabinas en el laboratorio de reproducción asistida.
Si quieres saber de que protegen estas cabinas, que tipos existen y cuales son las que debe tener un laboratorio de fertilidad, no te pierdas la revisión que hacemos de este interesante artículo publicado en la Revista Iberoamericana de Fertilidad
Antes de nada, vamos a conocer los agentes biológicos que nos describen en el trabajo, estos, están recogidos en la ley de prevención de riesgos laborales y en el Manual de Bioseguridad en el Laboratorio de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
-Agente biológico del grupo I: organismos con poca probabilidad de causar enfermedad al hombre. Suelen ser aquellos usados en la industria alimentaria.
-Agente biológico del grupo II: aquellos patógenos que pueden causar enfermedad en el hombre, siendo un peligro grave, con riesgo bajo de propagación, pero existe profilaxis y tratamiento eficaz. Un ejemplo sería el virus de la gripe.
-Agente biológico del grupo III: igual que el grupo II, pero con un elevado riesgo de propagación. Como ejemplo destacan el virus de la hepatitis B y bacteria de la tuberculosis.
-Agente biológico del grupo IV: son aquellos agentes dañinos para el hombre, con alta capacidad de propagación y para la que no existe un tratamiento eficaz. Por ejemplo, el virus del ébola.
Una vez conocidos y agrupados los diferentes agentes biológicos que pueden aparecer en los laboratorios, vamos a exponer la clasificación de los diferentes tipos de laboratorio atendiendo a su nivel de bioseguridad:
-Nivel de bioseguridad 1 o nivel básico 1.
-Nivel de bioseguridad 2 o nivel básico 2.
-Nivel de bioseguridad 3 o nivel de contención.
-Nivel de bioseguridad 4 o nivel de contención máxima.
La clasificación de un laboratorio en un tipo u otro, actualmente se realiza por la 4ª edición del Manual de Bioseguridad en el Laboratorio de la OMS, utilizando un nuevo enfoque basado en el riesgo específico, la evidencia y la transparencia. Para ello, propone recopilar la información necesaria, valorar cada riesgo específico, desarrollar una estrategia de control de riesgos, seleccionar e implementar medidas de control para ese riesgo, revisándolas finalmente.
Una vez conocido todo esto, ¿qué tipos de cabinas podemos encontrar en el mercado?:
Una primera diferenciación, nos deja dos grandes grupos de cabinas, el primero de ellos es la Cabina de Flujo Laminar (CFL), que prioriza que los procedimientos se realicen afectando lo mínimo posible la esterilidad del material que se manipule en la zona de trabajo. Las segundas, Cabinas de Seguridad Biológica (CBS), además de proteger el material manipulado, también protege al operador y la sala o laboratorio. Vamos a describir las diferentes cabinas:
Cabina de flujo laminar:
Producen un flujo de aire suave en la zona limpia del área de trabajo. El aire es captado por la parte superior de la cabina, pasando primero por un filtro tipo G4 (retiene más del 60% del polvo grueso) y posteriormente por un filtro HEPA (que retiene prácticamente el 100% de las partículas >0,3μm.
Estas cabinas, pueden ser de dos tipos:
CFL horizontal:
El aire filtrado sale de la parte posterior de la cabina hacia el frente. La parte frontal está totalmente abierta, evitando así que se produzcan turbulencias.
CFL vertical:
La dirección del aire limpio es vertical, de arriba hacia abajo. Estas cabinas, presentan un pequeño panel frontal, para evitar que la interacción con el operador ocasione turbulencias.
Estas cabinas, como ya mencionamos, solo mantiene libres de contaminación el producto manejado en la zona de trabajo. El aire limpio, pasa por el producto y después, sale hacia el operador, por lo que si el producto está contaminado, podría afectar al operador.
Cabinas de Seguridad Biológica:
Estas cabinas, proporcionan seguridad tanto al producto manejado en su interior como a los operarios que trabajan en ella. El uso de estas cabinas, es esencial para garantizar la salud de los trabajadores que las usan, por lo que su diseño, construcción, ubicación y posicionamiento, deben cumplir con una serie de estándares nacionales e internacionales, que establecen unos criterios de seguridad necesarios.
CSB clase I:
Son cabinas con una abertura frontal, en la que entra el aire, por presión negativa, y sale al exterior por la zona superior tras pasar por un filtro HEPA.
Sin embargo, tanto operario como producto, se pueden contaminar por contacto, por lo que solo se recomienda para trabajar con agentes biológicos del grupo 1 y 2.
CSB clase II:
El aire entra a la cabina por la parte frontal y es dirigido a la parte superior de la misma, donde es filtrado por un HEPA, y puede seguir dos caminos diferentes. Alrededor del 30%, sale al exterior de la sala por la parte superior. El 70% restante, cae de forma vertical sobre el área de trabajo, parte de este flujo, sale al exterior, y el restante vuelve a ser conducido a la parte superior de la cabina, donde vuelve a ser filtrado.
Estas cabinas, siguen sin proteger al operario de la contaminación por contacto y está indicada para trabajar con agentes biológicos tipo 1, 2 y 3.
CSB clase II tipo A:
Se diferencian en dos tipos, A1 con velocidad de entrada del aire de 0,38 m/s, y las A2, con una velocidad de 0,5m/s. A2, además tiene el plenum presurizado negativamente.
CSB clase II tipo B:
Estas cabinas, reciclan menos aire y la expulsión al exterior se realiza por un conducto. También se diferencian dos tipos diferentes: B1 y B2.
En las cabinas B1, el 30% del aire de la zona de trabajo recircula, mientras que en las B2, el 100% de este aire no lo hace.
Proporcionan mayor seguridad a producto, operador y ambiente, pero su consumo energético es muy elevado y necesita una instalación y mantenimientos más complejos y costosos.
CSB clase III:
Estas cabinas, ofrecen protección tanto al producto como al operador debido a que no tiene abertura frontal y para la manipulación, el operador debe ponerse unos guantes impermeables adheridos al frontal. Para evitar la contaminación de la muestra, el aire de la sala entra al interior de la cámara, previo paso por un tándem de filtros HEPA. Este aire, antes de ser expulsado a la sala, vuelve a pasar por otro tándem de filtro HEPA, evitando así la contaminación del producto, operador y medio.
La cabina, además presenta una presión negativa, para evitar que se produzca una fuga de aire de su interior en el caso de que exista alguna rotura o unión sin sellar.
La entrada del producto con el que se tiene que trabajar, se hace mediante cajas de paso. En estas cabinas, se puede trabajar con agentes biológicos de los tipos 1, 2, 3 y 4.
Ya conocemos la importancia de estas cabinas en los laboratorios, por ello también es importante hacerles un correcto mantenimiento y que este sea controlado. Este control, se realiza mediante una ficha de mantenimiento, donde se recogen las acciones realizadas sobre los equipos y la fecha en que se hizo, prestando especial atención a la vida útil de los diferentes filtros que usan, para cambiarlos en el tiempo adecuado.
Cada laboratorio necesitará un tipo de cabina u otro dependiendo del trabajo y productos o muestras que vaya a procesar. Para ello, se utilizan los siguientes criterios:
1-Grupo de agente biológico al que pertenezcan los productos o muestras a manejar.
2-Posible generación de aerosoles durante el manipulado.
3-Grado de protección que se deba obtener frente a la contaminación ambiental.
Para terminar, haremos la siguiente pregunta: ¿Qué cabina debemos usar en un laboratorio de reproducción asistida?
En un centro de reproducción asistida, nos encontramos con 3 tipos de laboratorio, cada uno de ellos, con unos requisitos diferentes, por lo que las cabinas tienen diferentes características para cada uno de ellos.
En el laboratorio de andrología, se recomienda una cabina de flujo laminar, que sería suficiente para manejar las muestras de semen. Sin embargo, en pacientes con enfermedades infecciosas transmisibles, se recomendaría una cabina de seguridad biológica clase II tipo A, con luz ultravioleta.
Para el laboratorio de embriología, también sería suficiente con una cabina de flujo laminar, en este caso equipada con una superficie calefactada, que permita mantener las muestras a unos 37ºC.
En el laboratorio de criobiología, también se debe disponer de una cabina de flujo laminar, en este caso sin necesidad de superficie calefactada. En muchos laboratorios, suele ser la misma que se usa en el laboratorio de embriología, que permite regular la temperatura de su superficie.
Puedes seguir aprendiendo más sobre reproducción asistida en nuestro blog:
Bibliografía:
- Díaz Morales, A., Olmedo Illueca , C., Veiga Álvarez , E., Sánchez Castro , M. L., Fernández Díaz, M., Mauri López, A., Ferrer i Robles, E., Iglesias Núñez , M., Martínez Granados , L., López Regalado, M., & Ortiz Piñate, N. (2022). Cabinas, ¿las conoces bien?. Revista Iberoamericana De Fertilidad Y Reproducción Humana, 39(3 Septiembre-Octubre-Noviembre-Diciembre). Recuperado a partir de https://www.revistafertilidad.com/index.php/rif/article/view/69
- Organización Mundial de la Salud. Manual de bioseguridad en el laboratorio. 3ª Edición. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2005.
- Laboratory biosafety manual, fourth edition. Geneva: World Health Organization; 2020 (Laboratory biosafety manual, fourth edition and associated monographs). License: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
- Cuadernos de Embriología Clínica: Recomendaciones sobre Recursos Humanos, Físicos y Calidad (Grupo de Interés de Calidad de ASEBIR).Ferrer, M. Fernández, A. Mauri, C. Olmedo, N. Ortiz, L. Sánchez, E. Veiga. 2021.
Dejar una opinión