Causas post-testiculares
Las causas post-testiculares se definen como aquellos factores que impiden una correcta circulación del semen desde los testículos hacia los conductos que desembocan en el meato.
Azoospermia obstructiva
Es causada por una obstrucción bilateral de los conductos seminales que hace que el paciente no presente espermatozoides en el eyaculado o en la orina post-orgasmo y puede venir acompañado de aspermia.
La obstrucción se puede dar a nivel epididimiario, conductos deferentes o conductos eyaculadores, y su origen puede ser congénito (ausencia de conductos, fibrosis quística, quistes prostáticos) o adquiridos (tras infecciones, traumatismos o intervenciones quirúrgicas).
Para su diagnóstico, se debe realizar una exploración física, donde además de un volumen testicular normal, se debe evaluar si se palpan los conductos o si están atresiados o endurecidos, si bien, estas conclusiones se deben ratificar con ayuda de aparatos ecográficos. Mediante un análisis hormonal, se debe comprobar que los valores están dentro de la normalidad. Además, un volumen del eyaculado inferior a 1,5 ml con pH ácido y baja concentración de fructosa son indicativos de obstrucción en los conductos eyaculadores o agenesia bilateral congénita de estos conductos.
Existen dos tipos de tratamientos para estos pacientes. El primero de ellos consistiría en practicar una cirugía reparatoria de la obstrucción, siempre que sea posible. Pasado un tiempo, mediante seminogramas se valoraría su capacidad reproductiva. El segundo tratamiento consistiría en extraer espermatozoides mediante biopsia testicular o aspiración espermática, para posteriormente, realizar técnicas de reproducción asistida.
Eyaculación retrógrada
Se produce cuando el varón mantiene relaciones sexuales y llega al orgasmo, pero en este caso no se produce eyaculación. Tiene un origen anatómico, que hace que el músculo del cuello de la vejiga no se tense de forma adecuada, por lo que al pasar el eyaculado por el deferente hacia la próstata, este se desvía a la vejiga, sin llegar a salir hacia la uretra.
El paciente puede sospechar que padece esta patología si al mantener relaciones sexuales el volumen seminal es muy pequeño o presenta aspermia. Si al orinar tras mantener relaciones sexuales, la orina presenta turbidez, normalmente es debido a que esta contiene los espermatozoides. El varón con eyaculación retrógrada ve afectada su esterilidad, sin tener alterada su vida sexual.
La eyaculación retrógrada se puede asociar a pacientes que presentan enfermedades crónicas como diabetes, parkinson o esclerosis múltiple o aquellas que necesiten tomar medicamentos para la hipertensión y la depresión. También puede aparecer debido a lesiones medulares o tras la realización de intervenciones quirúrgicas por la zona inguinal.
Para su diagnóstico, sería necesario analizar la orina post-orgasmo del paciente, para intentar localizar espermatozoides.
En principio, los pacientes que sufren de eyaculación retrógrada no necesitan un tratamiento para curar esta patología, aunque sí sería recomendable, si se intuye que pueda deberse a un tratamiento que tome debido a otra patología cambiarlo, sobre todo si la pareja tiene deseos reproductivos. En caso de no recuperar la funcionalidad de los conductos sexuales, estos pacientes podrían ser padres obteniendo la muestra seminal de la orina para realizar posteriormente una técnica de reproducción asistida.
Hipospadia
Afección congénita que localiza la abertura de la uretra en una posición anormal. Según donde se encuentra se pueden diferenciar tres tipos:
- Balánico: la abertura se localiza cerca de la cabeza del pene.
- Peneano: la abertura se localiza en el cuerpo del pene.
- Penoescrotal: la abertura se localiza en la zona que une pene y escroto.
Entre los factores que pueden facilitar la aparición de esta patología durante el desarrollo embrionario, destacan factores genéticos y antecedentes familiares, edad de la madre superior a 35 años y la exposición a sustancias químicas u hormonales durante la gestación.
La hipospadia se puede observar a simple vista, ya que además de la disposición errónea del meato, también suele actuar curvando el pene. Estos factores pueden dificultar el proceso de orinar y afectar a la fertilidad, debido a que en ocasiones, imposibilita que se deposite el semen en la vagina.
El único tratamiento sería acudir a cirugía de reparación, que se debe realizar entre los 3-24 meses de edad. Normalmente, la cirugía es ambulatoria, pero en los casos más complicados, se necesitarán realizar más de una intervención.
Disfunción eréctil
También conocida como impotencia. Se produce cuando el hombre es incapaz de mantener una erección que le permita tener relaciones sexuales de forma satisfactoria.
Su origen está causado por diferentes factores: psicológicos (estrés, ansiedad, trastornos del sueño), nerviosos (Parkinson y esclerosis múltiple), hormonales (testosterona baja), consumo de tabaco y alcohol o por otras enfermedades (diabetes, presión arterial y colesterol alto, síndrome metabólico, enfermedad de Peyronie).
Si se descarta que la afección se deba a un factor físico, la impotencia se debe tratar mediante terapia psicológica. Si el problema es de origen físico, se puede recomendar el uso de medicamentos que aumentan el riego sanguíneo al pene, facilitando la erección, como el vardenafilo y sildenafilo. En caso de que estos medicamentos no funcionen, se pueden realizar intervenciones quirúrgicas mediante implantes penianos o cirugías arteriales o venosas para facilitar la erección.
Como cabe esperar, los pacientes con disfunción eréctil, además de presentar problemas psicológicos que afecten a su estilo de vida, ven alterada su fertilidad, ya que si no logra manterner una erección, no podrá manterner relaciones sexuales satisfactorias.
Factor inmunológico
Este factor será tratado ampliamente más adelante. Si bien, destaca como factor inmunológico post-testicular la presencia de anticuerpos antiespermatozoides en el eyaculado, que dificultan la fertilización del óvulo.
Infecciones
Las infecciones por agentes patógenos pueden afectar a las vías seminales o glándulas accesorias del sistema reproductor masculino. De esta forma, se produce una inflamación que puede obstruir dichas vías. Su origen suele ser bacteriano o vírico y provoca molestias al mantener relaciones sexuales. Pueden afectar a la próstata, epidídimos, conductos deferentes o la uretra.
Su tratamiento se basa en conocer el patógeno que lo causa y tratarlo con antibióticos o antivirales.