Coito programado

Debido a su sencillez, la pareja debe cumplir varios requisitos para que la técnica sea viable. Solo se recomienda en parejas jóvenes, que no presenten alteraciones en el seminograma ni afecciones en la morfología uterina o tubárica. Normalmente, se aplican a parejas donde existan problemas ovulatorios y dependiendo de la gravedad de la anovulación, se puede realizar de tres formas diferentes:

• Coito programado en ciclo natural: en este caso, la mujer no toma ninguna medicación. Mediante controles ecográficos el ginecólogo va siguiendo el crecimiento folicular, informando a la pareja que días deben mantener relaciones sexuales para aumentar las probabilidades de gestación. La ovulación también se puede controlar mediante análisis sanguíneos, caracterizada por el pico de LH o concentraciones de progesterona superiores a 1,5 ng/ml.
• Coito programado en ciclo natural con inducción de la ovulación: en este caso, durante el seguimiento del ciclo ovulatorio, la mujer tampoco recibe ninguna medicación. Una vez que ecográficamente se observan folículos de entre 17-18 mm, se administra una dosis de hCG, que desencadena la ovulación tras 36 horas, recomendando en este caso mantener relaciones sexuales durante los 2-3 días posteriores a la ovulación.
• Coito programado con estimulación ovárica e inducción de la ovulación: en este caso, a la paciente se le administran bajas dosis de gonadotropinas desde el 2º-3º día del ciclo y se realizan controles ecográficos para observar el crecimiento folicular. Cuando los folículos tiene un tamaño de entre 17-18 mm, se administra hCG para inducir la ovulación y programar las relaciones sexuales durante los 2-3 días tras la ovulación.

Esta técnica presenta un porcentaje de éxito, siempre y cuando la pareja cumpla con los requisitos, de entre 10-15%, por lo que se recomienda pasar a técnicas más complejas si no se consigue la gestación tras 2 o 3 intentos.